La esgrima, uno de los deportes más completos en cuanto a ejercicio físico se refiere a la par de uno de los más atractivos para el desarrollo intelectual. De ahí radica la clave de su éxito: el equilibrio derivado de su práctica entre las cualidades mentales y las físicas.
Es un deporte lleno de emoción, en el que se potencia sobre todo la concentración, velocidad, equilibrio y coordinación. Se trata, de una práctica de evasión que agiliza los reflejos y agudiza la inteligencia.
En el plano físico, su práctica incrementamos la rapidez, la destreza y la fuerza, hablamos de un deporte donde todo el cuerpo adquiere protagonismo. Las piernas se utilizan para desplazarse y los brazos para ejecutar los movimientos con el arma. Se trabajan todas las cualidades físicas: resistencia (se debe de aguantar la duración de un combate con eficiencia), fuerza (se fortalecen brazos y piernas, así como el tronco, para poder aguantar el peso del arma y las posiciones técnicas que se requieren en la esgrima), velocidad ( a mayor rapidez en la ejecución de las acciones mayor éxito para conseguir tocados) y flexibilidad ( cuanto mayor amplitud pueda realizar con los segmentos corporales mayor movilidad para poder conseguir tocados).
En el plano Intelectual se educan las cualidades psíquicas más importantes: la voluntad, el autocontrol, la iniciativa, la seguridad, la inteligencia y la formación de hábitos y cualidades necesarias en la actividad multifacética del individuo.